Es cuando, por un momento, enfrentamos
lo peor de nuestra naturaleza y nos estremece saber
de la mancha en nosotros, que ese espanto
rompe la cáscara del entendimiento y penetra en el corazón:
no en una flor, ni en un delfín,
ni en otra forma inocente,
sino en esta criatura vanidosa, segura
de que ninguna más que ella fue hecha a imagen de Dios,
Y Dios (compadeciéndose de nuestro vil
fracaso para evolucionar) nos confía
como huésped, como hermana,
a la Palabra.
Versión en castellano de Sandra Toro
On the Mystery of the Incarnation
It’s
when we face for a moment / the
worst our kind can do, and shudder to know / the
taint in our own selves, that awe / cracks
the mind’s shell and enters the heart: / not
to a flower, not to a dolphin, / to no
innocent form / but
to this creature vainly sure / it
and no other is god-like, God / (out
of compassion for our ugly / failure
to evolve) entrusts, / as
guest, as brother, / the
Word.
©Denise Levertov (A Door in the Hive, New Directions, 1989).
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