miércoles, 28 de julio de 2010

MAPAMUNDI


Debajo de mí, inmutables, las nubes
cuelgan sombras
sobre la curva del río en Saskatoon.

Atlas de fronteras tan redibujadas,
guía de ciudades obsoletas --
la guirnalda de vapor de  un jet
se estira y se estira hasta enlazar

tus conjuros,
y se rompe.
todavía se oye el globo del mundo
que gira oxidado y rechina
su canto de seducción.
Las décadas se apilan como nubarrones.
¡Oh Geografía!
En tu jarabe espeso
floto y floto,
resbalo en tu brebaje
de hierbas amargas.

El Monte Múmbulla*,
bajo y redondo,
murmura de verde y murmura
en tono, durante el Tiempo de los Sueños**.
Mundo, te hacés más vasto, nuestro tiempo
no alcanza para circundarte.



* N. de la T.:  El Monte Múmbulla, en Nueva Gales del Sur (Australia), es sagrado para el pueblo Yuin.

** En la mitología de los aborígenes australianos, el Sueño o Altjeringa (también llamado Tiempo del Sueño) es un tiempo más allá del tiempo en el cual los Seres Totémicos Espirituales ancestrales formaron La Creación.




MAPPEMONDE

Nonchalant clouds below me/ dangle shadows/ into the curved river at Saskatoon. / Atlas of frontiers long-redrawn,/ gazeteer of obsolete cities --/ a jet-vapor garland/stretches and stretches to link // your incantations,/ and breaks./ Still audible, stiffly revolving,/ the globe of the world/ creaks out enticements./ Decades pile up like thunderheads./ O Geography!/ On your thick syrops/ I float and float,/ I glide through your brew/ of bitter herbs.//Múmbulla Mountain,/ low and round,/ hums in green and hums/ in tune, down in the Dreamtime./ World, you grow vaster. Our/ time cannot/ encompass you.








(Oblique Prayers, New Directions Publishing Corporation, 1984).









viernes, 23 de julio de 2010

UN TIEMPO PASADO



Los viejos escalones de madera de la puerta del frente
donde estaba sentada esa mañana
cuando bajaste, recién despierto,
y mi alegría al verte (emerger
al día dorado—
                          con el rocío, casi escarcha)
me levantó para decirte
cuánto te amaba:

esos peldaños de madera
ya no están, se pudrieron
y fueron reemplazados por mármol,
duro, gris, elegante.
Los viejos escalones viven
solamente en mi:
los recuerdan mis muslos y mis pies,
y mis manos
todavía sienten sus astillas.

Todo en torno a esa casa
me trae recuerdos de los otros –del matrimonio,
de mi hijo. También los escalones: recuerdo
a mi amiga, ahí,  con su hijito que murió,
¿O acaso era el segundo, el que vive y prospera?
Y yo, a menudo, “en mi vida”, sola o con mi esposo.
Pero ese instante único,
tu “yo también te amo” alegre, jovial, despreocupado,
el silencio que ningún pájaro ni grillo rompió, las hojas de oro
cayendo mudas, en espiral
sin brisa que las soplase,
                                             son los que se enroscan
en mi cabeza y en mi cuerpo a través de esas tablas
que una vez fueron cálidas, antiguas, y ahora
en algún lugar esperan para ser quemadas.


Versión en castellano de Sandra Toro




A Time Past 

The old wooden steps to the front door /where I was sitting that fall morning/ when you came downstairs, just awake,/ and my joy at sight of you (emerging/ into golden day—/                          the dew almost frost)/ pulled me to my feet to tell you /how much I loved you:// those wooden steps/ are gone now, decayed/replaced with granite,/ hard, gray, and handsome./ The old steps live /only in me:/ my feet and thighs/ remember them, and my hands/still feel their splinters.// Everything else about and around that house/brings memories of others—of marriage,/ of my son. And the steps do too: I recall/ sitting there with my friend and her little son who died,/ or was it the second one who lives and thrives?/ And sitting there ‘in my life,’ often, alone or with my husband./ Yet that one instant,/ your cheerful, unafraid, youthful, ‘I love you too,’/the quiet broken by no bird, no cricket, gold leaves/spinning in silence down without/ any breeze to blow them,/                                     is what twines itself / in my head and body across those slabs of wood/ that were warm, ancient, and now/ wait somewhere to be burnt.






(de Poems 1972-1982, New Directions Publishing Corporation, 2001).









martes, 20 de julio de 2010

ENTRANDO EN OTRO CAPÍTULO

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Pasan las noches, el sueño y los sueños, y el barco que rueda y rechina;
y  los días, las nubes que ruedan sin sonido, el chirriar de las alas de las aves
virando, luchando contra el viento: días y noches mar afuera,
el paso de los años, y  las décadas, sin el perfume de la tierra ni el escozor de la brisa.
Y luego llega una mañana, esta, con una luz distinta
                                                                                 como la luz de la infancia
             cuando abrimos los ojos a un techo transmutado,
             sin las sombras de siempre,
             transformada la atmósfera de la mañana – primero tuvimos miedo
             pero después supimos y saltamos de la cama para ver,
                  que sí, en efecto, el misterio
             era el misterio de la nieve.

                       Hoy, el despertar muestra el color de un océano
irreconocible. Y hay islas. Pájaros de especies nuevas
                                                                             persiguiendo el alba.
El cielo también es un cielo sin precedentes, inimaginable
su matiz. Las aldeas costeras, los contornos de la montaña
                                                       son casi un recuerdo –aunque no sea 
un lugar del que hayamos partido alguna vez. Los viajeros no existen
hasta que se paran junto a nosotros en la baranda. No hay un sentido de arribo, sino
un sentido de aproximación. Alguien cruza una mirada  y empezamos a hablar,
a oír que su historia —el largo viaje por tierra, el puerto, las demoras, el embarque,
      las tormentas, las calmas ecuatoriales, después lo cautivante de atravesar el tiempo,
                                                                                                        todo lo demás
      retrocede, empalidece, se nubla y después se olvida,
      solo el mar es presente y real, y el barco que olfatea su rumbo
      bajo el sol y la luna— 
                                                    es nuestra propia historia.


Versión en castellano de Sandra Toro



ENTERING ANOTHER CHAPTER


The nights pass, sleep and dreams, the ship rolling and creaking;/ and days, clouds rolling soundlessly, creak of seabirds' wings/ veering, battling headwinds. Nights, days, out on the main,/ passage of years, decades, no landfall fragrance, peppery breeze./ Then a morning comes, this one, of light different/ as light in childhood/ when we opened our eyes to an altered ceiling,/customary shadows absent,/tenor of morning changed--afraid for a moment,/ then we knew, and jumped out of bed to look,/ and yes, the mystery/was indeed the mystery of snowfall.// Today, awakening shows a color of ocean/ unrecognized. And there are islands. Birds of new species/ follow the wake./ The sky too is a sky not witnessed before, its hue not imagined. Coastal villages, mountain contours almost/remembered--yet this/ is not any place from which we left, some cognate rather. Travelers/ not noticed before stand at the rail beside us. No sense of arrival;/ a sense of approach. Some meet our eyes, we begin to speak, to hear/ how their story--the long land journey, the port, delays, embarka-/ tion,/ storms, doldrums, then the seductive furrowing through time,/ anything else/ receding, paling, fuzzy and then forgotten,/ only the sea present and real, and the ship nosing its way/ under moon and sun--/was our own story.




(de A Door in the Hive, New Directions Publishing Corporation, 1989).







lunes, 19 de julio de 2010

UN ÁRBOL AÑOSO


"No puedo sacarme esa canción
de la cabeza",

no puedo sacarme
ese árbol de

algún lugar en mí.
Y no quiero:

El modo en que
levanta los brazos,
los despliega, y— 

paciente, a la manera
de un caballo viejo—  
los cruza, para arquearlos

y volver a cruzarlos otra vez:

la permanencia, el arraigo,
ese aire
como de nostalgia.
Y en cada bifurcación,
el dilema de las ramas que
toman su rumbo en el aire.

Veo
desde la ventana de la cocina
la palabra del árbol
todavía diciéndose
sobre la pared de piedra.

En las mañanas de otoño,
su cabeza de ramas apenas levantada
y unas pocas manzanas amarillas
en la niebla de plata.





Versión en castellano de Sandra Toro




An Ancient Tree

'Can't get that tune/ out of my head,'// can't get that tree/ out of// some place in me./And don't want to:// the way it/ lifts up its arms,/ opens them, and-// patient the way an/ elderly horse is patient-/ crosses them, aloft,// to curve and recross:// the standing, the being/rooted, the look/ as of longing./ At each divide,/ the choice endured, branches/ taking their roads in air.// Glance up/ from the kitchen window;/ that tree word,/still being said,/ over the stone wall.// Fall mornings, its head of twigs/vaguely lifted,/a few apples/ yellow in silver fog.







(de Poems 1972-1982, New Directions Publishing Corporation, 2001).

jueves, 15 de julio de 2010

MÁS ALLÁ DEL CAMPO

Copo a copo, la luz desciende sobre la tensión de la superficie 
del océano, errando antes de sumergirse para siempre.

Placas tectónicas moliendo inaudiblemente se desplazan -- 
Una inquietud monumental.

Se crispan las orillas distantes de la memoria,
sospechando  una filiación fuera de alcance.

Demasiado no visto, desconocido, incognoscible y,
en consecuencia,  asumido como una pérdida:

Matices, señales, transiciones que conectan los ríos
imaginados y no de la eventualidad, un torrente

que fluye hacia nosotros, a través de nosotros y más allá,
antes de darnos vuelta y encontrar lo que parece

el rastro de un pasaje, una onda disipándose en el pasto
que crece en torno al cerco del campo de la mente.




Versión en castellano de Sandra Toro






BEYOND THE FIELD

Light, flake by flake touching down on surface tension/ of ocean, strolling there before diving forever under.// Tectonic plates inaudibly grinding, shifting --/ monumental fidgets.// The mind's far edges twitch, sensing/ kinships beyond reach.// Too much unseen, unknown, unknowable,/ assumed missing therefore:// shadings, clues, transitions linking/ rivers of event, imaged, not imaged, a flood//that rushes towards us, through us, away/ beyond us before we wheel to face what seems// a trace of passage, ripple already stilling itself/ in tall grass near the fence of the mind's field. 




(de This Great Unknowing: Last Poems, New Directions Publishing Corporation, 2000).



viernes, 9 de julio de 2010

EL SONIDO DEL HACHA


Cierta vez una mujer se internó en el bosque.
Los pájaros estaban mudos ¿Por qué?, preguntó.
El trueno, le contestaron,
se acerca el trueno.
Siguió caminando, y los árboles se volvían oscuros
y las hojas murmuraban ¿Por qué?, preguntó.
La gran tormenta, le contestaron,
se acerca la gran tormenta.
Llegó hasta el río, que pasó veloz
sin responder, cruzó el puente
y comenzó a escalar
la cumbre donde las rocas grises
se destiñen a la espera
de una fisura del destino,
allí  donde tenía su cabaña
el eremita, el sabio que vive
desde el principio de los tiempos.
Cuando llegó a la cabaña
no había nadie.
Pero podía oír su hacha.
Oyó
al bosque escuchándola.
No se atrevió a seguir el sonido
del hacha ¿Era el árbol
del mundo el que cortaba?
¿Era ese el día?




Versión en castellano de Sandra Toro



Sound of The Axe

Once a woman went into the woods./ The birds were silent. Why? she said./ Thunder, they told her,/ thunder’s coming./ She walked on, and the trees were dark/ and rustled their leaves. Why? she said./ The great storm, they told her,/ the great storm is coming./ She came to the river, it rushed by/ without reply, she crossed the bridge,/ she began to climb/ up to the ridge where grey rocks/ bleach themselves, waiting/ for crack of doom,/ and the hermit/ had his hut, the wise man/ who had lived since time began./ When she came to the hut/ there was no one./ But she heard his axe./ She heard/ the listening forest./ She dared not follow the sound/ of the axe. Was it/ the world-tree he was felling?/ Was this the day?
 






(de The Life Around Us: Selected Poems on Ecological Theme, New Directions, 1997).





domingo, 4 de julio de 2010

VARIACIÓN SOBRE UN TEMA DE RILKE



(El Libro de las Horas, Libro 1, Poema 1, Estrofa 1)


Cierto día llegó a mí una presencia; ahí estaba,
enfrentándome—un cielo, el aire, la luz:
un ser. Y antes de emprender el descenso
desde lo alto del mediodía, se inclinó
y tocó mi hombro con algo como
el canto de una espada, concediéndome
honor y una misión. El soplo del día, metálico,
sonó—O acaso era yo misma, una campana
despertando, y eso que oía era todo mi ser
que repetía y cantaba lo que aprendió: Yo puedo.




Variation On A Theme By Rilke
(The Book of Hours, Book 1, Poem, 1 Stanza 1)

 
A certain day became a presence to me;/ there it was, confronting me— a sky, air, light:/ a being. And before it started to descend/ from the height of noon, it leaned over/ and struck my shoulder as if with/ the flat of a sword, granting me/ honor and a task. The day's blow/ rang out, metallic— or it was I, a bell awakened,/ and what I heard was my whole self/ saying and singing what it knew: I can.




(De  "Breathing the Water", 
New Directions Publishing Corporation, 1988)