lunes, 22 de octubre de 2012

ONIROMANCIA INCIERTA



Pasé toda la noche guiando a un ciego
por un museo enorme
de modo que (¿por túneles? ¿o por puentes interiores?
¡como fuera!) pudiese evitar las calles,
las avenidas más peligrosas, todo ese tráfico
caótico y veloz... lo persuadía
de dejarse llevar por otras puertas
distantes aunque, una vez adentro, pasillos laberínticos,
escalones, muebles y sillas sobresalidos y arcos de piedra
lo desconcertaban al mencionárselos en cada viraje
y para mí era difícil maniobrar entre ellos
y alrededor. Mientras él no percibía nada,
yo solamente veía los obstáculos, los objetos
con puntas filosas; ni un solo cuadro, ni una credenza
tallada ni un mártir de alabastro. Sin embargo
al final, emergíamos en esa parte de la ciudad
a la que se dirigía cuando tomé el mando;
se despedía agitando el sombrero y seguía calle arriba
golpeando el suelo con su bastón. Yo me quedaba mirándolo
hasta que la calle lo envolvía, preguntándome
si lo habría logrado, y cuando desperté me seguía preguntando
que parte de mí era él y quién era
esa Yo que tomaba con él ese atajo tan largo
atravesando sala tras sala de belleza con su ceguera
escondida de mí como si nunca hubiera existido.




UNCERTAIN ONEIROMANCY
 

I spent the entire night leading a blind man
through an immense museum
so that (by internal bridges, or tunnels?
somehow!) he could avoid the streets,
the most dangerous avenues, all the swift
chaotic traffic . . . I persuaded him
to allow my guidance, through to the other
distant doors, though once inside, labyrinthine corridors,
steps, jutting chests and chairs and stone arches
bewildered him as I named them at each swerve,
and were hard for me to manoeuver him
around and between. As he could perceive nothing,
I too saw only the obstacles, the objects
with sharp corners; not one painting, not one carved
credenza or limestone martyr. We did at last
emerge, however, into that part of the city
he had been headed for when I took over;
he raised his hat in farewell, and went on, uphill,
tapping his stick. I stood looking after him,
watching as the street enfolded him, wondering
if he would make it, and after I woke, wondering still
what in me he was, and who
the I was that took that long short-cut with him
through room after room of beauty his blindness
hid from me as if it had never been. 

 


(de "Sands of the Well", New Directions Publishing, 1998.) 

Versión en castellano de Sandra Toro

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