Poetas geniales, graves intelectos
de
cara sonrosada–
ustedes
le dieron al mundo
algunos
bocados de primera,
pedacitos
de lenguaje presentados
como
se presenta un bife de costilla
Adiós,
adiós,
no me importa
si
jamás vuelvo a probar sus exquisiteces,
compañeros
neutrales, visionarios de todos los bandos.
Tolerancia,
qué crímenes
se
cometen en tu nombre.
Y
ustedes, buenas mujeres, pasteleras de los más lindos panes,
donantes
de sangre. Sus migajas
me
ahogan, y no quisiera en mí
ni
una gota de su sangre, la bombean
corazones
débiles, pulsos perfectos que no vacilan
nunca:
inmutables
ante
una realidad de pesadilla.
Son
mis hermanos y hermanas, esos
cuya
sangre chorrea y se detiene
para
siempre
porque
ustedes optan por creer que no es asunto suyo.
Adiós,
adiós,
sus
poemas
cierran
las boquitas,
sus
panes se enmohecen,
un
golfo abre
el suelo entre nosotros
y
ustedes, sin un gesto, miran
para
otro lado.
No nos
vamos a volver a encontrar—
a
menos que lo salten,
dejando
atrás los queridos
gusanos
de la apatía,
sus
tibios sarcasmos,
su juicio
imparcial
alegre,
irónico, asesino,
¿Saltarlo,
des-
equilibrada?...después,
cómo
fluirían y se mezclarían
fanáticas…
Enero, 1973.
Versión en castellano de Sandra Toro.
Goodbye to Tolerance
earnest wits—
you have given the
world
some choice
morsels,
gobbets of language
presented
as one presents
T-bone steak
and Cherries
Jubilee.
Goodbye, goodbye,
I don’t care
if I never taste
your fine food again,
neutral fellows,
seers of every side.
Tolerance, what
crimes
are committed in
your name.
And you, good
women, bakers of nicest bread,
blood donors. Your
crumbs
choke me, I would
not want
a drop of your
blood in me, it is pumped
by weak hearts,
perfect pulses that never
falter:
irresponsive
to nightmare
reality.
It is my brothers,
my sisters,
whose blood spurts
out and stops
forever
because you choose
to believe it is not your business.
Goodbye, goodbye,
your poems
shut their little
mouths,
your loaves grow
moldy,
a gulf has split
the ground between
us,
and you won’t wave,
you’re looking
another way.
We shan’t meet
again—
unless you leap it,
leaving
behind you the
cherished
worms of your
dispassion,
your pallid
ironies,
your jovial,
murderous,
leap over, un-
balanced?. . . then
how our fanatic
tears
would flow and
mingle
for joy . . .
January, 1973
©DENISE LEVERTOV (Poems 1972-1982, New Directions, 2001).
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